domingo, 9 de agosto de 2009

EXTERIOR DE LA IGLESIA PARROQUIAL DE SAN PABLO I. Torre y puertas de acceso.


Recorriendo las añejas e históricas calles de San Blas o San Pablo se accede a la impresionante mole del templo parroquial de San Pablo, podemos decir que se trata de un conjunto constructivo majestuoso por sus formas y grandeza; pero a pesar de ello, algo caracteriza considerablemente el perfil de este templo, y es su marcada horizontalidad sólo rota por la esbelta silueta de su torre atalaya de 66 metros de altura. Igual os llama la atención esta característica nada propia de los templos que siguen la moda estética del gótico, marcados por la verticalidad como deseo de estar próximos a Dios; esta peculiaridad del templo zaragozano tiene una doble explicación; lo primero que hay que decir que el templo una vez que se accede a su interior sí que posee una notable verticalidad aspecto que no se vislumbra externamente dado que hay que tener en cuenta el gran desnivel existente entre el nivel del suelo del exterior e interior del tempo; lo que hace que su mole quede recogida y ocultada por los distintos niveles freáticos. A ello hay que añadir que las reformas del templo durante los siglos XVI y XVII han hecho que rodeando al templo se construyeran toda una serie de capillas de formato cuadrangular cubiertas por cúpulas con linterna que enmascaran u ocultan su silueta externa.

Por todo ello se puede afirmar que San Pablo es un gran espacio constructivo de diseño cuadrangular de formas severas al exterior, grandes lienzos rectos de ladrillo de tradición árabe, que sólo aparecen modificadas para erigir los distintos vanos de acceso al templo. De entre estos accesos hay que destacar por su valor artístico e histórico tres de ellos la puerta de Tramontana, la puerta del Fosal y la de San Pablo.


La Puerta de Tramontana:

Se trata del acceso más antiguo de los tres que comentaré, fechable a finales del siglo XV, fase de ampliación del templo; aunque reformada posteriormente en el siglo XVI por Maese Pedro Justes. Es sin duda alguna uno de los mejores ejemplos de portada gótica esculpida en Aragón, que bajo mi opinión sólo es superable por la majestuosa portada de acceso, del templo catedralicio oscense. A ello hay que sumar su gran valor testimonial ya que prácticamente es muy escasa la escultura de rango arquitectónico que se conserva de la etapa gótica en Aragón. El acceso tapiado desde el siglo XIX se realizaba por arco rebajado de marcado carácter rectilíneo que se apoya sobre esbeltas jambas ornadas por columnas de fuste alargado y decoradas por capiteles de motivos vegetales (cardinas). Se flanquea el conjunto por dos tallas escultórica en alabastro (al igual que las del tímpano) sobre ménsulas y bajo doseletes de San Pablo y San Pedro. El tímpano es sin duda alguna la parte más interesante del conjunto, en él aparecen la figura de Cristo Redentor en actitud sedente acompañado por las figuras da la Virgen y San Juan, erguidas pero giradas en actitud contemplativa hacia el Redentor; completan el conjunto dos figuras menores talladas en actitud orante que presentan ciertas dificultades para su identificación siendo bastante probable que una de ella se trate de San Blas (margen izquierdo desde el punto de vista del espectador). Todas las imágenes del tímpano aparecen también cobijadas bajo ricos doseletes de complejas nervaduras que acentúan el carácter tardío de este acceso.

Completa el acceso una bella decoración propiamente mudéjar de bandas de ladrillos en esquinilla y friso amplio de juegos romboidales. En 1594 se inicia una renovación de esta portada, que añade un gran alero de madera tallada con motivos renacentistas como guardapolvo, obra del maestro mazonero Antón del Prado; consistente en moldurones horizontales de motivos vegetales conformando guirnaldas.

Artísticamente se desconoce el autor de dicho conjunto escultórico, poco estudiado; aunque buena parte de los especialistas insisten en relacionarla con alguno de los aprendices que trabajaron en la talla de la fachada principal del templo catedralicio oscense; siendo notables ciertos paralelismos estéticos, aunque bajo mi opinión esta afirmación queda un poco injustificada ya que la fachada de Huesca se debe catalogar a mediados del siglo XIV por lo que estaríamos hablando de una diferencia cronológica entre ambos templos de medio siglo.















































PUERTA DE SAN PABLO O NUESTRA SEÑORA DEL PÓPULO:

La puerta de San Pablo o principal, conocida en otros tiempos por entrada de Nuestra Señora del Pópulo es sin duda alguna el más monumental de los que permiten el acceso al templo. Si seguimos la información facilitada por la propia Parroquial en su folleto “San Pablo nueve siglos de arte” la obra sería proyecto de Maese Pedro Justes en 1594; investigando sobre dicho maestro, del que poco se conoce (posiblemente se trate de un encargado general del mantenimiento del templo, no de un maestro cantero o escultor) he podido acceder a nueva documentación sobre dicha portada*, según la misma el acceso sería reformado hacia 1593 cuando en Capítulo general de la Iglesia Parroquial de San Pablo Apóstol se da conocimiento del degradado estado de la misma y la necesidad de repararla o hacer una nueva, opinión que compartiría el visitador pastoral del Arzobispado de Zaragoza; dicha situación de precariedad lleva al mencionado Capítulo a firmar un contrato el 2 de junio de 1593 con el cantero Martín de Recondo y Juan de Villabona para el diseño y ejecución de la fachada principal del templo.























El diseño que ambos maestros canteros presentan a la parroquial es el de una grandiosa y severa fachada de unos 34 metros de largo y 10 de alto, realizada en piedra arenisca procedente del término zaragozano de Alforque. Si se tienen en cuenta las citadas proporciones sin duda alguna se trataría de un acceso mayor al que contemplamos en la actualidad; la respuesta radica en que durante los años 1971-1981 este espacio fue modificado suprimiendo buena parte de la decoración mural que completaba al acceso principal, que todavía se conserva; consistente en grandes pilastras estriadas de orden toscano y hornacinas con grandes flameros de piedra. (Gracias a fotografías antiguas todavía podemos testimoniar el aspecto de dicha portada anterior a la reforma del siglo XX).


http://fotoszaragoza.iespana.es/fotoweb/mas_2/iglesia_de_san_pablo.jpg

El cuerpo central de la portada es el que todavía se conserva de dicha obra y se encuadra por dos grandes pilastras estriadas con capitel toscano, de similares proporciones a las que existirían sobre los flancos laterales; sobre la que se dispone de un entablamento y un frontón triangular (eliminado para colocar la obra escultórica de San Pablo, obra de Antonio Palao en el siglo XIX). El ingreso se efectúa por una serie de arcos de medio punto en derrame sobre cuyo tímpano se ubica la imagen de Nuestra Señora del Pópulo; consiguiendo crear en conjunto un diseño severo, clásico y de corte herreriano que enlaza con los grandes arcos de Triunfo romanos de un solo vano.

Denotar que la portada en origen se completaría con las esculturas de San Pedro, San Juan y San Pablo ejecutadas por el tallista Miguel de Cay, la última de dichas obras no se conserva y fue sustituida por la realizada durante el siglo XIX por Antonio Palao, mientras que las otras dos todavía permanecen en el templo ubicándose las mismas en la Sala Capitular (información no confirmada durante mi visita al templo).























BIBLIOGRAFÍA:

La iglesia de San Pablo, de Zaragoza y su portalada principal, obra de Martín Recondo y Juan de Villabona, en el siglo XVI. Vicente González Hernández, Boletín del Museo e Instituto Camón Aznar, ISSN 0211-3171, Nº 42, 1990 , pags. 73-100

Dos esculturas en la Iglesia de San Pablo Apostol de Zaragoza erróneamente atribuidas al escultor Juan de Anchieta, obra del imaginero Zaragozano Miguel de Cay. Revista Principe de Viana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario