lunes, 2 de noviembre de 2009

PASEO SAGASTA Y CALLE LAGASCA. El esplendor modernista de la ciudad de Zaragoza en el siglo XX. III

CASA JUNCOSA: paseo Sagasta número 11.

La conocida casa Juncosa recibe su nombre del señero empresario zaragozano de comienzos del siglo XX, Julio Juncosa Sánchez; quien encarga en el año 1903 el diseño de su vivienda al arquitecto José de Yarza. Siendo el proyecto aprobado y firmado sin modificación por el entonces arquitecto municipal Ricardo Magdalena; firma protocolaria que en muchas ocasiones ha llevado a error a la historiografía tradicional, que han entendido como suya la obra.

José de Yarza Echenique, familiar y heredero de la saga arquitectónica de los Yarza se forma en la Escuela de Arquitectura de Barcelona; por aquel entonces, la más comprometida con los avances y logros estéticos del modernismo. Fruto de su formación es la relación con Lluís Domènech i Montaner, afamado arquitecto catalán creador de algunas de las obras modernistas más conocidas de la urbe barcelonesa; y con el que comparte ese gusto por la decoración vegetal carnosa.

Yarza diseña su obra amoldándose al solar adquirido por el empresario zaragozano en el Paseo Sagasta, dicho solar constructivo presenta un formato cuadrangular sobre el que se elevan cinco plantas constructivas más sótano, siendo este apreciable en la fachada; y estructurado en torno a un patio central. Cada piso responde a una disposición o estructuración interna de base finisecular, disponiendo las estancias en torno a una doble U siendo la delantera la reservada al uso familiar, mientras que la trasera era ocupada por las habitaciones y espacios propios del servicio y sus necesidades.

A pesar de ser la mejor obra del modernismo zaragozano, tanto por sus excelentes materiales (vidrio, hierro y piedra; este último bastante extraño en la zona del valle del Ebro, dada la escasez y por lo tanto carestía del mismo), como por su belleza estética y formal; la casa Juncosa sigue pecando de un estereotipo propio de la arquitectura zaragozana de comienzos del siglo, la simetría (reflejo y tributo a la estética eclecticista). Por consiguiente, Yarza realiza el diseño de su obra en base a un eje central formado por la puerta de ingreso, el mirador de hierro en saledizo y la parte central de la crestería superior, en piñón escalonado. Disponiendo a ambos lados dos lienzos de fachada con el mismo lenguaje, aunque con una rica variedad de vanos de distinto intradós siendo los del primer piso los más originales y amplios, al conformarse por un triple vano adintelado separado por robustas columnas de capitel floreado.

La decoración que aplica en general a toda la fachada se sitúa dentro del naturalismo floral modernista, de carnosa talla y variado diseño que cubre capiteles, bandas, enjutas de arcos, cresterías del remate, etc., logrando un resultado excepcional al que se suma la rejería, con una labor de forja de magnifico diseño y excelente acabado. Uno de los motivos vegetales más curiosos, es el empleo en el remate y en el arco de acceso de una rica y carnosa decoración tallada de cardinas con claros resabios del lenguaje goticista.

Si el exterior es magnífico, aun es más infrecuente el tratamiento que se ha dado a los interiores, zaguán, caja de escaleras y decoración de las viviendas sobre todo la principal, con huecos de originalísimo diseño, vidrieras de motivos vegetales, soportes, ménsulas, esgrafiados, escayolas con un repertorio verdaderamente singular. Sin duda es la mejor obra (conservada) del modernismo zaragozano y un ejemplo de edificio de viviendas burguesas de gran suntuosidad.

Todas estas razones hacen de la casa Juncosa el mejor edifico modernista de Zaragoza, razón por la cual afirmo que es una verdadera pena que el edificio no pueda visitarse de ninguna forma, salvo que se solicite por escrito y bajo un propósito de investigación.