lunes, 24 de agosto de 2009

CAPILLAS Y RETABLOS DE LA IGLESIA PARROQUIAL DE SAN PABLO II.


CAPILLA DE SAN PEDRO Y SAN PABLO.

Ubicada en la nave de la Epístola, a mano derecha del acceso principal una vez se accede al templo; se localiza esta sencilla capilla dedicada a los santos Pedro y Pablo. El espacio constructivo es uno de los más curiosos y bellos de los que a lo largo de los siglos XVI y XVII se levantan en el templo parroquial; su diseño presenta estructura ligeramente cuadrangular cubierta por cimborrio octogonal que sigue un diseño semejante, aunque más sencillo; al que presenta el de la catedral de San Salvador de la capital zaragozana. Mediante trompas en las esquinas se consigue pasar del espacio cuadrado al del octógono, y de cada uno de los vértices de este poliedro de ocho lados, nace una nervadura en arco ligeramente apuntado que conforma en el centro una pequeña estrella de ocho picos sobre la cual se levanta una airosa linterna.



La titularidad del espacio viene otorgada por la presencia, en el espacio devocional; de un bello retablo renacentista dedicado a San Pedro y San Pablo donde se narran distintos pasajes de la hagiografía de los santos. El bien mueble, una verdadera joya del arte renacentista, se estructura con la típica disposición en arco triunfal de un solo vano, con las calles laterales divididas en dos niveles de lectura, más ático y banco. Si apreciamos la tabla principal dedicada a San Pablo y San Pedro se puede apreciar un lenguaje pictórico clasicista con formas aprendidas del lenguaje rafaelesco (Rafael Sanzio de Urbino); aunque con cierta monumentalidad en las formas más propia ya de Miguel Ángel. Ambas características hacen factible hablar de la autoría del retablo propia del genuino pincel de Jerónimo Cosida, sin duda alguna, el mejor pintor del siglo XVI en la Corona de Aragón e introductor de los modelos italianizantes. A la explicación anterior habría que añadir datos históricos como son la ubicación del taller y de la casa familiar del pintor en la misma calle de San Pablo, por lo que sería bastante factible poder afirmar que dicha obra se deba a su genio creativo.



































Completan la capilla:

Un bello crucificado de tamaño natural, cercano a las creaciones de finales del siglo XVI o comienzos del siglo XVII, con un marcado carácter manierista (alargamiento del canon escultórico, cuerpos alargados de escaso movimiento); lo que la convierte en una pieza especial dada la poca trascendencia que el manierismo tuvo dentro de la plástica escultórica española. Se trata de un bello crucifijo de tres clavos, de buen estudio anatómico, con sencillo paño de pureza anudado en uno de sus costados, y rostro bello pero sereno.
























Un retablo barroco de base churrigueresca propio del siglo XVIII en el que se colocó la imagen moderna de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa.


CAPILLA DE NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN:

Contigua a la capilla de los santos Pedro y Pablo, se abre el espacio de Nuestra Señora del Carmen; un ámbito sencillo, cuadrangular, con bóveda ornada con las estrellas del escudo carmelita. El retablo es una creación propia del siglo XIX, construido en 1858 por Felipe Puyó y Alejandro Miguel; sigue las bases del barroco italianizante de corte clásico en cuya hornacina central se haya la Virgen del Carmen, una bella talla de candelero del siglo XVII de buena factura y que recibe culto por parte de su cofradía durante la festividad del Carmen.



SACRISTÍA:

El siguiente de los espacios que se abren en la nave de la Epístola de la iglesia parroquial de San Pablo; es la sacristía, se trata de un ámbito privado, conformado por sucesivas ampliaciones durante los siglos XVI y XVII. Dado su carácter privado interesa conocer simplemente su bello acceso. Bello vano adintelado de no muy amplias dimensiones decorado por pilastras de fuste liso y capitel compuesto que soportan un curioso entablamento con friso corrido decorado con máscaras y bellos querubines. El conjunto se completa con el frontón de formas vegetales en cuyo centro se esculpe un tondo circular donde aparece un espectacular relieve del busto de San Pablo caracterizado por su espada.Tanto la estructuración del acceso como los motivos decorativos de base grutesca (grutesco: motivo decorativo desarrollado en Italia durante el siglo XVI), así como su talla resuelta y de cierta volumetría hacen pensar en que la portada fuera realizada durante el siglo XVI; con ciertos paralelismos de la talla que la familia de los Gil Morlanes desarrollan magistralmente para la fachada de Santa Engracia de Zaragoza.

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