martes, 3 de marzo de 2009

PALACIO DE LA ALJAFERÍA III

PALACIO MUDÉJAR DE PEDRO IV.

A partir de 1118 el palacio musulmán de la Aljafería pasa a pertenecer a los monarcas aragoneses, tras varios meses de asedio a la ciudad de Saraqusta por las tropas de Alfonso I el Batallador.

A pesar de ello no podemos hablar de palacio medieval o estancias cristianas hasta la llegada al trono de Pedro IV el Ceremonioso (1336-1387), ya que hasta esas fechas las reformas efectuadas fueron de escasas dimensiones o relevancia.


Más que hablar de un nuevo palacio Pedro IV promueve una serie de iniciativas constructivas que complementan y se acoplan a las edificaciones de época taifal. De esta época subsisten: la capilla mudéjar de San Martín, los aljarfes de madera que ornan algunas de las estancias de los salones superiores y la reforma de los pisos tercero y cuarto de la torre del Trovador.

LA CAPILLA DE SAN MARTÍN.

Se localiza en el lado norte del primero de los patios del complejo palacial, justo después de flanquear el acceso exterior al complejo. Un patio cuadrangular de pequeñas dimensiones y que recibe el nombre de dicha capilla.

Imagen del patio de San Martín, en el palacio de la Aljafería.

La capilla en origen poseía dos naves, de tres tramos cada una cubiertos por bóvedas de crucería simple y ornadas con florones de madera con los escudos de los monarcas aragoneses. Este espacio fue ampliado añadiéndose una tercera nave, que tras las últimas restauraciones ha vuelto a ser ocultada con la finalidad de respetar en la medida de lo posible el aspecto original.

La portada de la capilla es el elemento más sobresaliente, ya que en ella se aúnan formas constructivas propias del lenguaje gótico, con una técnica, materiales y sistema constructivo propiamente mudéjar. Está realizada en ladrillo aplantillado y se articula mediante un arco moldurado de acceso, que está cobijado por otro de mayores dimensiones y de perfil apuntado. Se ornamenta con arcos mixtilíneos y un relieve escultórico de San Martín dividiendo su capa en el tímpano, medallones con los escudos de Aragón en las albanegas, y un taqueado de rombos a modo de alfiz.



Imagen del acceso a la capilla de San Martín.

ESTANCIAS MUDÉJARES.

No se puede hablar de palacio propiamente mudéjar sino de estancias independientes que se localizan sobre el sector norte del palacio musulmán, a distintos niveles de altura. El complejo lo integran tres salones rectangulares y cubiertos por espléndidos alfarjes. Dos de ellos repintados posteriormente con motivos de grutescos de base renacentista. A pesar de ello todavía son dignos de admiración la rica colección de escudos conservados.









Imágenes de los distintos aljarfes de las salas de Pedro IV el Ceremonioso.

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