martes, 3 de marzo de 2009

PALACIO DE LA ALJAFERÍA IV

ESTANCIAS DE LOS REYES CATÓLICOS:

Una vez que se asciende a la segunda planta y una vez visitadas las estancias pertenecientes a las diversas ampliaciones que desarrollan en el complejo los monarcas medievales; el visitante es conducido en su visita a las espléndidas estancias del palacio mandado construir por los Reyes Católicos en los últimos años del siglo XV.

Aunque el acceso a las dependencias de Isabel y Fernando debería hacerse por la gran escalinata; la musealización de las mismas obliga a que la visita empiece por la primera sala de los pasos perdidos. Es esta razón la que va a condicionar la explicación detallada del espacio, aunque para informar de una manera más genérica de la reforma que llevan a cabo, se va a confeccionar una explicación general del recinto para luego ir explicando las estancias o salones según se pueden ir contemplando en la visita al castillo-palacio de la Aljafería.

Imagen de una de las piñas punjantes de la techumbre del salón del trono.

El palacio de los Reyes Católicos debe fecharse aproximadamente entre 1488 y 1495 y para su construcción los monarcas llamaron a una larga nómina de maestros mudéjares; de entre todos ellos hay que citar la figura del maestro mayor Faraig Gali, arquitecto de Fernando el Católico.

Gran acceso de los leones con escudo heráldico que permite el paso al gran salón del trono.

Como en otras construcciones los Reyes Católicos fueron bastante respetuosos con la obra conservada de época musulmana y decidieron construir su residencia sobre las dependencias taifales. Los nuevos salones y estructuras creadas se organizan en torno a una galería o corredor superior que se abre al patio de Santa Isabel por una serie de vanos adintelados que apoyan sobre curiosas columnas de fuste torso. A ese corredor y mediante majestuosa puerta se abre el gran salón del trono, un amplio espacio cuadrangular que aparece rodeado por pequeñas estancias que se conocen como Salas de los Pasos Perdidos, y que constituyen el itinerario de visita protocolario que debían realizar aquellas personas que deseaban recibir audiencia de los monarcas durante sus estancias en el complejo.

Imagen general del salón del trono de los Reyes Católicos.

SALAS DE LOS PASOS PERDIDOS.

Actualmente son visitables sólo dos de las tres salas que conforman este itinerario protocolario, ya que una de ellas se levanta justo encima de la cúpula que I. Almech reconstruyó en la mezquita-oratorio.

Estos espacio de pequeñas dimensiones y formato cuadrangular destacan artísticamente por conservar tres magníficas techumbres que siguen la tipología de taujel y por conservar; aunque sea en reducidos espacios, su rica solería que aunaría el trabajo geométrico de piezas en barro cocido y pequeños baldosines recortados en azul, blanco y manganeso; realizados en los talleres de Muel.
Taujel plano de la tercera sala de los pasos perdidos.

Los taujeles (“techumbre plana de madera, enteramente recubierta con ornamentación de lazo, en la que quedan ocultas las vigas del alfarje”) fueron magistralmente realizados por maestros mudéjares que combinan la ornamentación propia de la tradición musulmana; a la que aúnan motivos decorativos que siguen la tradición gótica e incorporan las nuevas influencias renacentistas.

Taujel plano de la tercera sala y vista general del taujel de la segunda sala de los pasos perdidos.

Estas techumbres aparecen trabajadas por motivos heráldicos como son el haz de flechas y el yugo gordiano, junto con la inscripción del Tanto Monta (símbolos de los Reyes Católicos); ricas piñas pinjantes y una suntuosa talla de hojarasca. Al igual que el resto de las techumbres aparecen trabajadas en madera pintada en colores azul y rojo; y dorada con panes de oro.

Taujel plano de la segunda sala de los pasos perdidos.

Taujel plano de la primera sala de los pasos perdidos.


Detalles del taujel plano de la primera sala de los pasos perdidos.

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