lunes, 31 de agosto de 2009

EL RETABLO MAYOR DE SAN PABLO DE ZARAGOZA. OBRA DE DAMIÁN FORMENT.

La insigne tercera catedral de Zaragoza, haciendo uso de su condición de gran templo de la urbe, mandó tallar su retablo mayor al artista valenciano Damián Forment, vecino de su populoso barrio, San Pablo; y autor del retablo mayor de la antigua iglesia de Santa María del Pilar (actualmente Basílica del Pilar) al que siguió como modelo y con el que quería competir en riqueza y suntuosidad.















El retablo mayor de San Pablo está realizado en madera policromada y ejecutado entre los años 1511-1517, aunque sus polseras o guardapolvos sean de 1524. Presenta un diseño todavía de base gótica que establece como modelo el magnífico retablo mayor de la catedral de San Salvador (obra cumbre de la escultura gótica europea) y que reinterpreta Formet para el retablo mayor del Pilar, obra en alabastro que le consagró como genio plástico en el Reino de Aragón. A pesar de ello Forment cambia la estructura del cuerpo principal de este retablo, pasando de tres a cinco calles con dos pisos cada una.

El retablo presenta una bella policromía original, obra de los mejores pintores aragoneses del momento, que ha sido recuperada en la reciente restauración y que permite apreciar mejor los modelos formentianos y el brocado aplicado. La imaginería del retablo es punto de referencia de la escultura aragonesa renacentista y presenta todo un repertorio de tipos figurativos, que Forment repetirá en muchas de sus obras y para los cuales se inspirará en la influencia de la obra gráfica de Alberto Durero y la asimilación de modelos de Leonardo da Vinci, conocidos en Valencia (lugar de nacimiento del artista) a través de los pintores Yáñez de la Almedina y Fernando de Llanos.

Señalar que en los altorrelieves de la Pasión del banco de la parroquial, inspirados en grabados de Durero y Lucas Cranach, define el escultor las composiciones iconográficas que mantiene con algunas modificaciones en obras posteriores (retablo de la catedral de Huesca, retablo mayor de San Miguel de los Navarros, Zaragoza; y retablo mayor de Santo Domingo de la Calzada, La Rioja).

Análisis formal e iconográfico.

Damián Forment realizó el diseño de este retablo en madera policromada, con el guardapolvo o marco del retablo siguiendo las formas del estilo gótico final con elementos renacentistas (principalmente en sus tallas y relieves).

Presenta banco o parte inferior con escenas de la Pasión de Cristo que se intercalan con imágenes de santos ubicadas en casetones, y separadas por columnas con doseletes. Centra la composición del banco un pequeño lienzo de Nuestra Señora de la Esperanza de Jerónimo Cosida.

El cuerpo central se divide en cinco calles con dos pisos; en la calle central aparece la escultura exenta de San Pablo, con su espada; titular del retablo y localizada bajo hornacina avenerada, sobre dicha imagen se ubica el ostensorio o expositor, típico de los retablos aragoneses. A ambos lados de la calle central se narran ocho escenas con la hagiografía del Santo. El retablo se remata por ático con Calvario.

Artísticamente.

Forment todavía mantiene un diseño goticista para la traza de este retablo fruto del peso conservadurista de la Iglesia y un anhelo todavía mayor de seguir las formas del retablo de la catedral metropolitana. Sin embargo en sus tallas o figuras el genial escultor opta por una plástica propiamente cuatrocentista con ciertos rasgos de expresividad propios de Donatello. A ello se suman ciertas influencias más monumentalistas más propias ya del genio creativo de Miguel Ángel.






























FRONTAL DE ALTAR.

Obra impresionante en plata repujada y labrada, datada hacia 1711 y ejecutada por Pablo Pérez. Se trata de una obra plenamente barroca de gran decorativismo donde aparecen escenas de santos ligados a la devoción de la parroquial: San Blas, decapitación de San Pablo, San Pedro, Nuestra Señora del Pópulo, San Juan evangelista, conversión de San Pablo y San Gregorio Ostiense.




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